En Junio de 1984 esta colección de cabezudos, fué adquirida por la "Asociación de vecinos Ebro" y eran cedidos a la Junta municipal durante las fiestas del barrio.
Esto fué así hasta el año 2009, ya que la Junta municipal compró sus propios cabezudos, que son los que salen durante las fiestas actualmente.
Durante unos años quedaron en desuso hasta que un vecino del barrio, Jesus Daniel, adquirió la comparsa completa como colección personal.
Hasta que el año 2015, se reune un grupo de porteadores de la ciudad para recuperar la vida de esta comparsa llevando el nombre "Comparsa de cabezudos la antígua Química" haciendo alusión al anterior nombre que tuvo el barrio de la Almozara.
El tiempo no perdona y los cabezudos se deterioran, Jesús se encarga personalmente de que esto no ocurra, ya que los restaura periódicamente durante el año.
Además, su madre Trinidad Forcano, confeccionó un traje para cada cabezudo acorde con el contexto del personaje.
"Los gigantes[...] A estos los conocí de niño, les traté, les admiré, les cí, olí y toque; si, les toque también ¡Vaya si les toqué! Eran los míos.
Llegaban lo menos hasta el segundo piso, iban serios y graves; ni se dignaban mirar a los chiquillos que les precedíamos. [...] ¡Qué bailes sus bailes, con qué gravedad danzaban, sin que siquiera se les viera los pies! Pero no, no; que yo se los ví, yo mismo, unos piececitos enanos, chiquirriticos. ¡Qué desencanto!"
Miguel de Unamuno, 1887
"¿Y el cabezudo? ¡Qué fiero nos arremetía! Pero observé (yo siempre he sido observador) que era el cabezudo razonable, y que, como el toro, no azuzándole, se pasaba de largo. Le esperaba yo un día en la acera de mi calle, y según él se acercaba, se acrecentaban los latidos de mi corazón [...] ¡Qué rabia! ¡No se lo que le hubiera hecho...! Ni me tocó [...]
Miguel de Unamuno, 1887
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