-En Enero de 2017, nace una comparsa propia para el barrio sin tener que depender de otras. Está formada mayoritariamente por cabezudos de segunda mano (dado las pocas posibilidades económicas y no poder comprar nuevos) adquiridos por un particular del barrio (Jesus de las Muelas) con la ayuda de Santiago Arche.
Entre ellos, se encuentran el Baturro y la Forana y el Morico antiguos de San José que previamente fueron restaurados por Imaginería Festiva "El Zagal".
-El Baturro
A pesar de ser una comparsa joven, es un cabezudo con mucha historia ya que anteriormente pertenecía a la comparsa del barrio de San José. Al cambiar el modelo en este barrio, el antiguo se vino a vivir a Arcosur para asentarse para siempre y seguir gozando de vida activa.
-La Forana
Tuvo la misma vida que el Baturro, perteneció muchos años ala comparsa de San José pero al cambiar el modelo en este barrio, el antiguo se vino a asentar a la comparsa de Arcosur.
-El Alguacil
Antes era de un particular y lo solía sacar en la comparsa de Valdespartera, pero en 2017 se adquirió para formar parte d ela comparsa de Arcosur.
-El Morico
Personaje clasico en cualquier comparsa Zaragozana.
-Payaso de Bombín
Tuvo la misma vida que el Alguacil, puesto que pertenecía a un particular.
También pertenecía a la comparsa de Valdespartera, pero fue adquirido para formar parte de la comparsa de Arcosur definitivamente.
-Berrugón
Representa a un corregidor del S. XIX, le caracterizan sus verrugas y su aspecto cómico.
Dicen que antes viviía en el triangulo de las bermudas.
-Payaso de Pico
Adquirido el año 2017 con la inauguración de la comparsa. Como dato curioso, el Payaso reside en la calle "Pico de Tempestades"
-El Vasco
Adquirido el año 2017 con la inauguración de la comparsa, viste de pamplonica pero la popularidad le llama Vasco.
"Los gigantes[...] A estos los conocí de niño, les traté, les admiré, les cí, olí y toque; si, les toque también ¡Vaya si les toqué! Eran los míos.
Llegaban lo menos hasta el segundo piso, iban serios y graves; ni se dignaban mirar a los chiquillos que les precedíamos. [...] ¡Qué bailes sus bailes, con qué gravedad danzaban, sin que siquiera se les viera los pies! Pero no, no; que yo se los ví, yo mismo, unos piececitos enanos, chiquirriticos. ¡Qué desencanto!"
Miguel de Unamuno, 1887
"¿Y el cabezudo? ¡Qué fiero nos arremetía! Pero observé (yo siempre he sido observador) que era el cabezudo razonable, y que, como el toro, no azuzándole, se pasaba de largo. Le esperaba yo un día en la acera de mi calle, y según él se acercaba, se acrecentaban los latidos de mi corazón [...] ¡Qué rabia! ¡No se lo que le hubiera hecho...! Ni me tocó [...]
Miguel de Unamuno, 1887
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